Velerista Guayanillense cruza navegando el Atlántico a bordo de un velero construído en 1927

Velerista Guayanillense cruza navegando el Atlántico a bordo de un velero construído en 1927

Estarán pronto llegando a Puerto Rico para pasar 15 días en la isla.

 

Este próximo 15 de febrero de 2022 a la 1:00 PM, la guayanillense Claudia Ramírez Portuondo de tan solo 16 años, será la primera puertorriqueña en atracar el velero Sørlandet en el Muelle 3-4 de la Bahía de San Juan, Puerto Rico. 

 

Puerto Rico será una parada de 15 días para toda la tripulación. Luego, el 1 de marzo de 2022 zarpará en ruta al norte para llegar a la isla de Bermuda desde donde realizará un segundo cruce del Océano Atlántico. En su ruta planifican visitar diversos puertos entre Portugal, Holanda, Dinamarca y finalmente Noruega donde celebrarán una graduación.

El Sørlandet, es una embarcación de velas construida entre 1925 y 1927. Considerado el velero de mástiles altos con velas cuadradas más antiguo del mundo aún en servicio activo y patrimonio de Noruega. A bordo de este patrimonio, Claudia, junto a otros 60 estudiantes de distintas nacionalidades, recibe un intenso entrenamiento de navegación a vela y todos sus componentes mientras va completando su cuarto año de escuela superior a cargo de A+ World Academy. 

 

En el año 2020 Claudia fue seleccionada para recibir una beca de la Caribbean Sail Training, una ONG con base en la isla de St. Marteen. En su solicitud para la beca, Claudia destacó su interés por distinguirse en un deporte dominado generalmente por hombres y continuar en el futuro una carrera académica y profesional en el sector marítimo.

Claudia es la primera puertorriqueña en participar del programa académico de A+ World Academy y el Sørlandet. Embarcación que también fue el primer velero en el mundo en ofrecer entrenamiento de vela para mujeres en 1981. 

 

En el año 2021 Claudia fue invitada por segunda vez a formar parte de la tripulación del Sørlandet. En esta ocasión zarpó desde la isla Las Palmas, de Gran Canaria a Cabo Verde, África y posteriormente se aventuró en su primer cruce del Océano Atlántico hasta llegar a la isla de Grenada.

 

Claudia, ha estado en este mundo desde temprana edad. Inició sus primeros pasos a los 12 años en el equipo de navegación a vela del Ponce Yacht and Fishing Club,  dirigido por Jorge Santiago Ramos.

“Ella inició desde lo básico en el deporte de velas. Pero desde que lo probó quedó enamorada y desde entonces supo que quería seguir creciendo y navegando lo más que pudiera. El Club Náutico de Ponce ha sido su gran escuela, allí aprendió todo y se ha desarrollado en el mundo competitivo, que es lo que le apasiona”, destacó Emmanuel Vázquez, padre de Claudia, quien compartió que Claudia sigue siendo miembro del Club y ya está en la categoría 420. 

 

La joven velerista de 16 años logró ser parte de esta aventura gracias a su preparación, dedicación y espíritu navegante. “Nos enteramos de la oportunidad gracias a una amiga profesora en St. Marteen, inicialmente participó de un entrenamiento de varios meses, al cual tuvo que solicitar con un video y ensayo lo que hizo que la aceptaran y eventualmente que le dieran el espacio para culminar su cuarto año de estudios en el barco escuela, cuando les surgió un espacio en la tripulación”, confesó muy orgulloso su progenitor.  

“Fue una oportunidad que ella se ganó. El mismo decano de la escuela A+ World Academy viajó a Puerto Rico en noviembre a darnos la noticia de que había surgido un espacio en la tripulación y querían que ella entrara, ya que tenía mucho potencial”, destacó Vázquez, quien nos contó que Claudia de inmediato aceptó e hicieron todos los arreglos necesarios para llevarla a España en donde se uniría al resto de estudiantes en el Sørlandet.

 

El entrenamiento combina la educación marítima y la académica. El concepto es ofrecer un año de escuela superior mientras se va navegando por el mundo. El entrenamiento tiene una duración de 1 año académico agosto-mayo y los participantes deben tener entre 15 y 20 años. Los estudiantes solo tienen internet cuando llegan a un puerto. Sin embargo la tripulación y el capitán se encargan de mantener a los padres al tanto de todo día a día. Y los estudiantes pueden hablar con sus papás cuando están en los puertos. 

“Nos da tranquilidad que siempre sabemos dónde está el barco, y ella nos cuenta todo siempre que hablamos. Está cómoda, feliz, segura y cuidada. Eso hace que estemos en paz. Aparte esta experiencia y el velerismo en general ha hecho que nuestra hija sea una más segura y ha desarrollado habilidades de liderazgo”, aseguraron sus padres. 

 

Luego de varios meses entre puertos y altamar, estos 60 aprendices se reunirán con sus familiares en la Isla del Encanto. Durante este tiempo además de abastecerse de víveres y darle mantenimiento a la embarcación, planifican descansar y disfrutar entre distintas regiones de Puerto Rico, especialmente en la zona sur de donde Claudia es residente. 

La visita de esta embarcación representa una oportunidad única de intercambio cultural e impacto económico. La visión futura es lograr que Puerto Rico y específicamente el Puerto de Ponce, de ser posible, sea año tras año en ese puerto base que le sirve a la tripulación para aprovisionarse y reunirse con sus familiares

 

Claudia junto a su familia y amigos estarán visitando Ponce a mediados de febrero y vivirán una experiencia extraordinaria con todo lo que tiene la Ciudad Señorial para ofrecer. 

 

La velerista puertorriqueña planea seguir estudios universitarios en biología marina o navegación además de seguir navegando. 

 

Para solicitar una presentación escolar o programar una visita pueden comunicarse con Gladys Portuondo al 787-370-6338.


 

 

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