Diógenes Ballester: Trayectoria y pasión por el arte y la cultura
Virtuoso en pintura, escultura, instalaciones y grabados. Su obra es admirada en Puerto Rico, China, Yugoslavia, Polonia, Francia, Italia, Cuba, Estados Unidos y Japón. Hasta ha participado bienales de instalaciones, pinturas y grabados importantes por el mundo.
Además ha estado desarollando el concepto estético - filosófico que ha llamado arteología, asi que se considera un arteologista.
Sin embargo cuando regresa a su natal la Playa de Ponce es como cualquier playero. El maestro Diógenes Ballester Rodríguez, a pesar de la fama internacional ganada no olvida sus raíces.
Y aunque su talento es innato, fue su padre Diógenes Ballester Sárraga quien lo impulsó a pintar.
“Mi papá trabajaba en el muelle, pero se sentaba con nosotros y dibujaba el Sagrado Corazón que estaba en la sala y yo lo miraba hasta que en tercer grado ya estaba dibujando lo mismo”, recordó el artista nacido el 26 de enero de 1956.
“Mi papá me enseñó a hacer chiringas, a pintar caretas de vejigantes y siempre me decía que el color hay que saberlo combinar”, relató el hijo mayor de don Diógenes y Carmen María Rodríguez Wiscoviche.
Cuando su maestra de quinto grado de la escuela Segundo Ruiz Belvis, llamada Úrsula Fabergé, le regaló su primer set de pintura hecha a base de aceites, Ballester comenzó a pintar en óleo.
Más la pasión por el arte lo impulsó a trabajar en lo que fuera necesario para poder comprar los materiales que necesitaba y seguir pintando.
En octavo grado, además, Diógenes logró reunir las obras necesarias para ganar la beca en la escuela de Artes Visuales Miguel Pou, oportunidad que le permitió visitar por primera vez el Museo de Arte de Ponce, compartió el egresado de las escuelas Segundo Ruiz Belvis, Santiago González, Dr. Pila y Alfredo M. Aguayo.
Al llegar a duodécimo grado, se esmeró para ganar otra beca, una que lo llevaría a estudiar a España, pero no se la dieron porque no había dinero en fondos. Así que le dieron la beca en la Universidad Interamericana de San Germán. Sin embargo, decidió ingresar a la Universidad Católica de Ponce con la presencia del maestro Julio Micheli y el maestro Adrián Nelson Ramírez que logró que este artista permaneciera en la institución.
“Yo quería desarrollarme como artista, así que hablé con unos estudiantes del Dep de Arte de la Universidad y fundamos El Abayarde, el primer grupo de arte experimental que hubo en Ponce en los años 70”, recordó Ballester, quien curso estudios en bellas artes e hizo estudios de Literatura y Filosofía.
Simultáneamente, dedicaba tiempo al surgimiento de la Asociación Pro Arte y Cultura de Ponce, (APPAC) organización que se dedicó a la historia oral de la ciudad, así como la redacción de poesía y cuentos en la Revista Creación.
Su primera exposición profesional fue en 1979 a través del ICP en las galerías de Casa Blanca en San Juan, Puerto Rico, la cual tituló “Sentimientos”.
Boleto sin regreso
En 1981 cuando era director en la Escuela de Bellas Artes Miguel Pou, decidió renunciar a su empleo y compró un boleto sin regreso a la ciudad de Nueva York, sin saber hablar inglés.
“Alguien me había dicho que podía dormir en Central Park, pero la noche antes de irme me encontré con David Flores, quien fue un mentor para mí, y me dijo acuérdate que somos una cadena y llamamos por teléfono público a su hijo Frankie Flores y me dijo que iba para el corazón del barrio”, confesó sobre la persona que le dio albergue durante los primeros meses.
El arte que corría por sus venas lo llevó a conocer a otros artistas de “La Gran Manzana”, entre estos, al renombrado Robert Blackburn, una leyenda del grabado.
“Llegué al taller printmaking workshop sin saber inglés, pero una persona me tradujo y a través de ella me dijo ‘busca una plancha y te pones a trabajar’. Ahora esa obra está viajando por diferentes museos y es parte de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos”, destacó.
Fue la Bienal Latinoamericana de Soho en Nueva York el evento que catapultó su obra en suelo norteamericano. Pero su inquietud le hizo cambiar el rumbo e ingresó en la Universidad de Wisconsin-Madison, con una beca, allí conoció a los artistas Frances Meyer y Warrington Colescott.
Le consiguieron además una beca para que participara de la Bienal Internacional de la antigua Yugoslavia en 1985, exposición donde hubo tres puertorriqueños: Lorenzo Homar, Luis Hernández Cruz y Diógenes Ballester.
Otro de los momentos relevantes en su carrera como artista fue su participación en la tercera Bienal de Pintura en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, donde artistas que estaban en la exposición le orientaron y motivaron a solicitar una beca de la Fundación Arana, oportunidad que le permitió trabajar en París, por espacio de dos años.
“Al cuarto día de llegar a París, sentí que mi padre había fallecido. Eso cambió mi vida, porque fue la persona que me motivó en el arte”, recordó sobre su vida en Francia del 1999 al 2000.
Pero su amor por la Ciudad que abrió paso a sus sueños le ha permitido mantener los pies sobre la tierra. Porque el éxito no ha cambiado su manera de ser.
“Me encanta sumergirme en el océano del conocimiento. El modo de ser de uno, su sustancia, hay que cultivarla a través de experiencias que no son el estrellato. La fama va y viene, nuestra identidad siempre permanece”, subrayó Ballester.
De hecho, al ganar la mención de honor en la Bienal de Arte de Taipei quiso que se presentara como playero, ponceño y puertorriqueño viviendo en el barrio NY y barrio #11 de Paris para el mundo y que Puerto Rico se escribe así, no como estaba escrito en el tratado de Paris.
Casa de Arte y Cultura
Ya en el presente, Ballester no se conforma con obtener reconocimiento internacional, pues quiere retribuir su gratitud por su amada comunidad playera.
Y lo hará mediante la Casa de Arte y Cultura de La Playa de Ponce, un proyecto que considera como su mayor instalación artística. Decidió construirla en el callejón del Tiro #11 donde se crió, frente a la casa de su madre.
“Yo le pedí a Sor Isolina Ferré que quería hacer un taller comunitario en Tabaiba y ella me dijo ‘Diógenes, si yo te dejo tú lo vas a hacer, pero acuérdate que eres artista y yo quiero que viajes el mundo y cuando te sientas preparado, tú vienes y lo haces’. Eso fue en 1975”, confesó sobre la experiencia que lo inspiró a crear este proyecto.
“En 2004 renuncié a la Universidad Newpalpz donde trabajaba y con la venta de una de mis obras compré los terrenos de la casa y ahí empezó el sueño. Poco a poco con mi esposa fuimos construyendo con la venta de mis obras y aportaciones la estructura. Siempre he querido tener un taller comunitario, queremos tener espacio para otros artistas, así como clases de arte interactivas para los niños y una experiencia holística para el pueblo, con clases de yoga, meditación y acupuntura”, reveló.
“Va a tener espacio para los artistas nacionales e internacionales, mi taller, espacio para mi familia y la comunidad. Arriba va a tener una plaza holística y una biblioteca para que los niños de la comunidad puedan encontrar libros e información sobre la historia de La Playa de Ponce”, mencionó.
Ya estan trabajando en el archivo histórico de la Playa de Ponce virtual, donde todo playero podrá accesarlo y contribuir con su información e historias de su comunidad o documentos o fotografías.
Cabe destacar que este proyecto es financiado por el propio artista mediante la venta de sus obras y se espera que la primera fase esté lista para finales de octubre de este año 2022. Su esposa, la psicóloga Mary Boncher, fue en vida junto a él una de las creadoras de la Casa Arte y Cultura y tesorera de la junta directiva.
Los nombres de la Junta Directiva de la Casa de Arte y Cultura de La Playa de Ponce Inc actualmente son los siguientes:
Diógenes Ballester - Presidente
Gilberto Cardenas - Director
María Madera - Vice directora
Christian Soto - Secretario
Mary Boncher - Tesorera
Ramón Serrano - Vocal
Como parte de los planes futuros con la casa están crear un jardín comunitario, así como tener sistema solar.
La Casa de Arte y Cultura de la Playa de Ponce, Inc. fue organizada como una corporación sin fines de lucro para promover el arte y la cultura en La Playa de Ponce, Ponce y el sur de Puerto Rico, con el fin de enriquecer y empoderar a las comunidades proporcionando programas artísticos y culturales multidisciplinarios, eventos para artistas, niños, adolescentes, adultos y familias. Como tal, la misión de La Casa es de carácter social. Práctica que busca participar en la revitalización de los sectores desatendidos y comunidades económicamente deprimidas a través de las artes y la cultura.
Pueden llamar al +1-646-648-1257 para mayor información sobre este proyecto que está localizado en Callejón del Tiro #11, Playa de Ponce, Ponce, Puerto Rico 00716. O escriban al correo diogenes_studio@yahoo.com o visita su página diogenes-ballester.com